Así pues, salió al mundo a sentir la brisa que antes de la película no había notado, y a mirar el cielo azul que seguramente un día podría contemplar tomando la mano de aquél que hace cosas tan especiales como coleccionar carcajadas curiosas o fotografías ajenas rotas. Se le antojó entonces que hoy fuera un día muy especial, y comenzó a buscar algunas piedras redondas. Conocía un lugar con un lago, así que cuando juntó suficientes rocas, corrió a probar suerte con cada una, esperando que le ayudara la superficie del agua.
Cuando llegó, no había lugar para intentar hacer patitos en el agua, pues la orilla del lago estaba llena de Amélies intentando hacer lo mismo para sentirse especiales.
... producelo... no manches...
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