miércoles, 22 de agosto de 2012

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Marco

Tengo prisa, necesito casi correr para alcanzar el camión. Si no me subo en ese que está parado frente al semáforo en rojo ya no habrá otro más en la noche, y me urge llegar. Lo que sí me molesta, y mucho, es lo enojado que estoy. Ella volvió a portarse mal conmigo, a no querer entender mis cosas, a sumirse en su coraje y no escucharme, y a querer forzar la relación a pesar de que decidí terminar con ella.
¿Lo peor? Yo tengo que ir a buscarla, a ofrecerle disculpas y a pedirle que a pesar de todo no podemos estar peleando por todo... por enésima vez. Y es que ya me cansé, son años de lo mismo y cada vez la tolero menos. Lo peor es que podría decir que siento cómo se me escapa entre los dedos el amor que siento por ella.
Son muchas las cosas que me han hecho dejar de quererla, e incluso sé que me ha dicho mentiras. Ya no quiero seguir viéndola, voy a su casa a decirle que la amo pero también que ahora nuestros caminos se han separado y ambos merecemos la oportunidad de rehacer nuestras vidas. Antes de venir le llamé varias veces por teléfono y no me contesta, pero ya estoy a unas cuadras de su casa.
Rayos, el camión se detuvo un buen rato. Hay mucho ruido en la calle, paree que una ambulancia viene a toda prisa, pero todos los coches que se detienen para dejarla pasar provocan tráfico. Estoy cansado de esta ciudad, de su energía negativa y hasta de su gente. Ya me cansé de Mónica.
Ya estoy en su puerta pero nadie me abre, estoy tocando y tocando pero no aparece; tal vez salió, la esperaré un rato aunque ya es muy tarde y se está arriesgando estúpidamente en la calle. Pero debo de tener paciencia, o simplemente no podré terminar con ella y con este malestar que hasta estoy sintiendo en el cuerpo; le he pedido tantas veces a Dios que la saque de mi camino que ya hasta ha de creer que estoy cantando y por eso no me hace caso. Pero si Dios no se atreve, yo tengo que hacerlo.
¿Dos horas? ¿En serio? Tampoco me voy a quedar a esperar toda la noche, pero por lo tarde que es seguramente no va a volver. Justo lo que me temía, debe de haberse quedado a dormir en casa de alguna de sus conquistas, y hace unas horas la muy hipócrita todavía lloraba pidiéndome que no nos separáramos. Qué fácil es hablar pero qué difícil es actuar como se habla, y qué fácil me orilló al cansancio.
Me voy a mi casa, no tengo necesidad de esto. No voy a volver a buscarla nunca, ni siquiera tendré contacto con ella. Claro que me va a doler, pero me duele más su traición de este momento. Y gracias a eso tendré que caminar hasta mi casa en medio de la noche.


Mónica

Marco ya no me ama. Hoy en la mañana nos volvimos a gritar a pesar de que terminamos hace unos días, y todo por insistir en la vieja costumbre de querer arreglar las cosas. No hay nada qué arreglar, Marco ya no me tiene confianza y probablemente nunca pueda recuperarla, pero sé que fue mi culpa. A veces el miedo a perderlo me orilla a hacer cosas muy estúpidas, y sin embargo irónicamente ya lo perdí.
Pero tampoco puedo hacer algo drástico al respecto, creo que a pesar de todo seguiremos siendo amigos, nos seguiremos queriendo y hasta haremos cosas juntos, pero es difícil escuchar su voz con la esperanza de que se le escape un "te amo", y caminar a su lado deseando que tome mi mano como en los viejos tiempos.
Ahora aprovecho mi tiempo en casa para continuar escribiendo mi libro, necesito encontrarle un final antes de que sea muy tarde y mi editor se canse de es





SE ABRE UN HOYO EN UN EDIFICIO
Vecinos de una conocida colonia en la ciudad reportaron que ayer por la noche se venció el suelo en uno de los pisos del departamento en que habitaban, cayendo parte de los materiales y una mesa al piso de abajo en donde vivía una joven escritora. Desafortunadamente ella se encontraba exactamente debajo del hoyo y perdió la vida al momento. Una ambulancia acudió al llamado pero la hoy occisa ya no reportaba signos de vida cuando llegó la unidad de apoyo.



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