miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ay, Marthita...

Fue difícil bajarme de mi suburban. Ese estúpido del autolavado no secó por completo el hule que puedo pisar para apoyar mis zapatos, los de cocodrilo. Pero en fin, en cuanto logré tocar el piso, me marcaron al radio. Detesto el ruido de esos aparatos, y además era la secretaria quien marcó, así que decidí apagarlo porque seguramente no era para algo importante.
Llegué a una conferencia importante sobre la pobreza en el mundo, así que estaba muy orgullosa de llevar puestos mi vestido bordado que compré en Europa y mis perlas; las perlas son elegantes, aunque humildes, y por eso las elegí, porque es ilógico hablar sobre pobreza con un collar de diamantes. Y fue aburrida, siempre hablan de lo mismo. Para mí es muy claro que la culpa la tiene el gobierno, porque se roban los impuestos y no trabajan decentemente como una. Deberían de enjuiciar a la gente que roba, y encarcelarla. Es lo más justo.
Finalmente no pude evadir más las insistentes llamadas por el radio, así que tuve que responderle a mi secretaria. Me dijo que un par de señores me estaban esperando en la oficina, que les urgía hablar conmigo. Qué horror. Por suerte todos los semáforos que me topé estaban en rojo, y eso le daba más tiempo a que las canciones de mi ídolo en mi iPod sonaran maravillosamente. No entiendo la urgencia de dos completos desconocidos por arruinarme mi mañana, por querer hablar conmigo. ¿De qué podrían querer hablar que sea urgente?
Finalmente llegué, y ahí estaban. Eran de esas personas, ustedes saben, que usan unos huaraches muy curiosos y su ropa es bordada, pero no como la mía, sino... pues creo que ponen a las hijas a bordarles la ropa y después las ofrecen en matrimonio al primer borracho que se les atraviesa... ese tipo de gente. Me empezaron a decir quién sabe qué, pero les pedí que me esperaran porque tenía que revisar mi e-mail antes de que algo o alguien más me distrajera. Le dejé un comentario en el facebook a la esposa del diputado, pidiéndole que me pasara su receta para verse tan cuidada. Cuando se me acabaron los pendientes, no me quedó más remedio que saber qué querían esos salvajes. Me entregaron un papel de parte del presidente municipal de no sé dónde pidiéndome que les diera un apoyo para la venta de sus artesanías. Les pedí que me mostraran lo que llevaban y la verdad es que la artesanía que encuentras en las tiendas de Tepoz está mucho mejor, pero en fin. Como soy una buena persona, decidí apoyarlos, tal como lo pidió su presidente municipal, que sinceramente es un fulano. Les pedí que le pusieran precio a sus cosas, pero daban precios descabellados... ¿un tapete tejido a mano por 100 pesos? Tuve que regatearles, y les prometí que haría todo lo posible por vender sus chucherías entre mis amigas. Y hasta tal vez les estaba apoyando en exceso, pero finalmente soy una buena persona.


2 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=uzJMTSaAl8g


    Someday he'll come along
    The man I love
    And he'll be big and strong
    The man I love
    And when he comes my way
    I'll do my best to make him stay

    He'll look at me and smile
    I'll understand
    Then in a little while
    He'll take my hand
    And though it seems absurd
    I know we both won't say a word

    Maybe I shall meet him Sunday
    Maybe Monday maybe not
    Still I'm sure to meet him one day
    Maybe Tuesday will be my good news day

    He'll build a little home
    That's meant for two
    From which I'll never roam
    Who would, would you
    And so all else above
    I'm dreaming of the man I love


    Va a llegar, ya verás.

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